domingo, 25 de octubre de 2009

Discografía de The Drones

"HERE COME THE LIES" (SPOOKY, 2002)

Los orígenes de The Drones se encuentran en otro grupo llamado The Gutterville Splendour Six, que estaba liderado por Maurice Flavel. Tras la disolución de esta banda, tres de sus miembros, James MacCann, Rui Pereira y Gareth Liddiard formarían The Drones, y Liddiard acabaría imponiendo su liderato en este nuevo grupo, con una propuesta cargada de ruido y atmósferas irrespirables. James MacCann abandonó el grupo y entraron Fiona Kitschin al bajo y Christian Strybosh como percusionista. Con esta formación, grabaron su primer disco, titulado “Here come the lies”, aquí llegan las mentiras. Un disco deudor de sus principales influencias: la cacharrería art-punk de Einsturzende Neubauten, The Birthday Party y Kim Salmon. Todavía no habían conseguido crear su propio sonido. En su primer disco, The Drones colaban entre su material original, varias versiones: “New Kind of Kick” de los Cramps, “Downbound train” de Chuck Berry y una inquietante revisión de “Dekalb Blues”, del bluesman Leadbelly.

"WAIT LONG BY THE RIVER AND THE BODIES OF YOUR ENEMIES WILL FLOAT BY" (ATP, 2005)

En su segundo disco y contra todo pronóstico, The Drones logran domesticar sus instintos más ruidosos y paranoicos revelando una madurez asombrosa, aunque sin abandonar el caos de sus inicios. El álbum se tituló “Wait long by the river and the bodies of your enemies will float by”, espera largo tiempo en la orilla del río y verás los cadáveres de tus enemigos pasar flotando. Su sonido era una combinación de blues y punk-rock que habían ido perfeccionando a lo largo de numerosos conciertos en tugurios de mala muerte, y el disco se abría con un tema arrebatador, una perfecta muestra de por dónde iban a ir los tiros: “Shark Fin Blues”.
Con su segundo album, The Drones se abrían paso entre las bandas australianas del momento como una de las más firmes promesas, imponiendo su lógica desesperada y abrasiva, destacando su capacidad para crear los desarrollos de guitarra más intimistas y destrozarlos entre latigazos de violencia sónica. Un festín expresionista donde asomaban las sombras de Radio Birdman, Beasts of Bourbon, Come y The New Christs.

"MILLER'S DAUGHTER" (BANG!, 2005)

El siguiente album de los Drones, titulado “The Miller’s Daughter”, estaba compuesto por temas descartados procedentes de las sesiones de grabación de sus dos primeros discos y algún que otro single. Lo publicó un sello discográfico de nuestro país, Bang! Records. En él se mostraba una variada muestra de la forma en que The Drones comenzaban a acercarse al folk, a Bob Dylan y a las baladas. Todo sigue supurando suciedad y rock de garaje, pero la variedad del material incluido descubría nuevos guiños a otros referentes artísticos insospechados, como Suicide, John Coltrane y el escritor Louis-Ferdinand Celine.
Con “The Miller’s Daughter”, The Drones se centraban en el mercado europeo y obtenían un amplio reconocimiento en nuestro continente. Es el momento de realizar extensas giras con un gran éxito de crítica y público, aunque, claro está, en salas de pequeño aforo. Es lo que ocurre cuando se aborda el rock desde la autenticidad y no se dispone de un gran apoyo publicitario. Pero The Drones se dan a conocer entre los aficionados serios al rock más exigentes y ya no abandonarán su posición como una de las bandas australianas más interesantes y prometedoras del nuevo milenio.

"GALA MILL" (ATP, 2006)

En 2006 sale “Gala Mill”, el siguiente disco de estudio de The Drones y el que iba a confirmar todas las expectativas depositadas en el grupo. Para muchos su mejor disco. Recluido en una apartada zona de la isla de Tasmania, Gareth Liddiard afrontó el proceso compositivo del álbum con apenas mil dólares de presupuesto. El tono minimalista, arrastrado y oscuro contrasta con los complejos desarrollos de las canciones.
En este disco The Drones incorporaron al percusionista Mike Noga y aparecía como guitarrista invitado Dan Luscombe, que acabaría sustituyendo a Rui Pereira después de que éste abandonara el grupo sin previo aviso y en medio de una gira. En “Gala Mill”, el tema hillbilly “I don’t ever want to change” era el único respiro en un disco espartano y pesimista que huye del tremendismo de antaño, mostrando una banda más madura y segura de sí misma.

No hay comentarios: