Josele Santiago vuelve a la carga con su tercer disco en solitario, después de que Los Enemigos cerrasen una de las carreras más brillantes que ha dado el rock español.
Después del tremendo "Las Golondrinas, etc" y del menos sorprendente, pero tampoco despreciable, "Garabatos", Josele dice que espera que igual que "La vida mata" consolidó a Los Enemigos, este nuevo lanzamiento en solitario le asiente entre el público.
Pese a que las notas promocionales aseguran que este disco es más rockero, las canciones incluidas no quieren quitarse del todo el swing y esos pequeños toques de jazz de big band que había en sus dos primeros discos en solitario.
La verdad es que ni Los Enemigos ni el propio Josele han sido nunca santos de mi devoción, y su voz en la actualidad está tan cascada que parece una broma. Igualmente, las partes vocales no se acoplan bien con las partes instrumentales en algunos temas y hay un par de estribillos que son de parbulario, pero nadie le puede negar su honestidad y, sobre todo y más importante, su personalidad. O lo tomas o lo dejas. ¿Sobrevalorado quizás?
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