Si alguna vez te has preguntado cuál sería el resultado de mezclar country, rock, jazz, funky y doble dosis de blues probablemente deberías estar interesado por la propuesta musical del artista tejano Delbert McClinton. En manos de cualquier inexperto o incapaz, tal fusión podría tener resultados poco apetecibles, pero Delbert nos da otra vez cumplida muestra en su primer álbum de estudio en los últimos cuatro años de su buen saber hacer, de su maestría y además, en esta ocasión, lo adorna con una mayor sutileza. El disco se titula “Acquired taste”, gusto adquirido, y en él se hace acompañar de su banda Dick50.
A las puertas de los setenta años de edad, con la tranquilidad de quien ya ha demostrado todo lo que tenía que demostrar y con su amor por la música intacto, Delbert McClinton lleva más de treinta años recorriendo las cuatro esquinas de la música americana, y en cuanto a fusión de estilos sureños se refiere, pocos pueden hacerle sombra.
Grabado en Nashville y Los Angeles y producido por Don Was, “Acquired Taste” no es un disco más en su carrera, sino el punto culminante de una obra de madurez que ya había alcanzado anteriormente el sobresaliente.
Grabado en Nashville y Los Angeles y producido por Don Was, “Acquired Taste” no es un disco más en su carrera, sino el punto culminante de una obra de madurez que ya había alcanzado anteriormente el sobresaliente.
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