jueves, 30 de diciembre de 2010

Historia de The Rolling Stones

Entre el 2 y el 29 de diciembre de 1962, The Rolling Stones realizan doce conciertos, entre ellos sus primeras actuaciones en la escuela de arte de Sidcup, condado de Kent, el club Ricky Tick en Windsor, Sandover Hall en Richmond, condado de Surrey, y el club Green Man en Blackheath.
Keith Richards recuerda esta época de la siguiente manera:
“En 1962 todo fue avanzando poco a poco. Pero de repente los fines de semanas estábamos muy solicitados. Tocábamos por la tarde en el Club 51 de Ken Colyer, en Charing Cross Road, y salíamos pitando hacia Richmond para otra actuación que duraba toda la noche. Ahí es donde empezamos a curtirnos. Pensaban que tendrían una actuación, y nosotros estábamos simplemente ensayando con público.

A principios de diciembre, Charlie Watts había abandonado la Blues Incorporated de Alexis Korner, y los días 9 y 10 del mismo mes, Bill Wyman hizo unas pruebas para incorporarse a los Rolling Stones, de modo que el 14 ya tocaba su primer concierto con ellos, en el club Ricky Tick. Sin embargo, los bajistas siguen cambiando en distintos conciertos, al igual que los baterías, entre ellos Tony Chapman, Steve Harris y Carlo Little.
El propio Keith Richards lo cuenta así: “Dick Taylor nos había dejado y Stu se distanció de nosotros por alguna razón… Así que un día le dijimos a Tony Chapman: hey, Tony, ¿conoces a algún bajista? Y él contestó: sí, conozco a uno. Y le dijimos que lo trajera al próximo ensayo. Así vino Bill Wyman, y no podíamos creerlo, era un auténtico London Ernie, con el pelo todo engominado, unas vueltas en la pernera del pantalón de 11 pulgadas y unos enormes zapatos de gamuza azul con suelas de goma. También traía su bajo, había estado tocando con distintas bandas desde hacía 3 o 4 años. Era más mayor que nosotros y sabía tocar. Pero no quería tocar con estas bandas de rock de mierda que eran todas malísimas. Todas hacían las mismas versiones instrumentales de los Shadows y de Duane Eddy, como “Rebel Rouser”.

Y así lo recuerda el propio Bill Wyman: “Yo no era la misma clase de persona que el resto de los Rolling Stones. Yo era un tipo de la clase trabajadora y pensé que ellos eran una panda de vagos, aunque muy entregados a la música. Eso podía valorarlo, pero no compartía su manera de vivir. Chuck Berry era el único artista con el que podía estar a la par con ellos. Cuando se ponían a hablar de música, yo sólo conocía a Chuck Berry, pero nunca había escuchado a Jimmy Reed, ni a Howling Wolf o Muddy Waters. La música parecía muy simple pero más tarde te dabas cuenta de que era muy difícil ser simple".

A finales de 1962, Brian Jones alquiló un apartamento en los suburbios de Beckham y Keith Richards se trasladó allí también.
Ian Stewart, teclista de la banda por aquel entonces, lo recuerda así: “Keith Richards y Brian Jones vivían juntos en un piso en Edith Grove, sin dinero y sin nada que hacer excepto tocar. Pasaban todo el tiempo tocando a dúo con sus guitarras, y la verdad es que terminaron haciéndolo muy bien. Todos esos viejos discos normalmente incluían dos guitarristas. Así que lo absorbieron a fondo. Ellos eran lo suficientemente jóvenes para estar influenciados más por el corazón que por la cabeza. Para 1963, habiendo vivido juntos y no haciendo otra cosa que escuchar discos y tocar, Brian y Keith estaban tan compenetrados que resultaba increíble. Nunca hubo una sugerencia de que uno se dedicase a la guitarra solista y el otro a la rítmica, ellos eran dos guitarristas que parecían como la mano izquierda y la mano derecha de uno solo”.

Keith Richards toma de nuevo la palabra: “Cuando Brian y yo comenzamos a tocar juntos, estábamos escuchando a Jimmy Reed y Muddy Waters. En ambos casos, tenías dos guitarras entrelazándose la una con la otra. Los escuchábamos tan a menudo que terminamos aprendiéndonos de memoria las dos partes de guitarra. Ésa es la manera que tienes que hacerlo. Así que llegamos al punto en que nos entendíamos tan bien, que de repente cambiábamos los papeles. El que estaba tocando la parte solista se pasaba a la rítmica y al revés. Aún lo seguimos haciendo. The Rolling Stones somos básicamente una banda de dos guitarras. Así es cómo empezamos. Y todo el secreto, si es que hay algún secreto en el sonido de los Rolling Stones, es la forma en que trabajamos las dos guitarras juntas”.
Por último, habla Bill Wyman: “Keith y Brian solían sentarse y practicar durante todo el día. Cuando no estaban en la cama, se sentaban y practicaban nota por nota. Cada canción de Jimmy Reed que podían escuchar, cada tema de Howlin’ Wolf, Elmore James o Chuck Berry, nota por nota. Y ellos conseguían hacer esos asombrosos e intrincados patrones entre las dos guitarras, uno bajando por la escala y el otro subiendo, y trabajando en ello horas y horas. Quiero decir que llegaron a la perfección en ese aspecto”.

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