jueves, 12 de febrero de 2009

Chris Garneau: "Music for Tourists" (Absolutely Kosher, 2007)


La crítica especializada se ha emperrado en coronar a este jovencito como el nuevo Rufus Wainwright. Aceptamos que existen varias similitudes entre uno y otro, en especial por el pop melódico, instrumental y con presencia orquestal que ambos fabrican, pero no. Chris Garneau recuerda más a Damien Rice que a Wainwright. Y eso no es necesariamente malo.

Aceptamos que Garneau comparta con Rufus varias cosas: la primera, el pop melódico, en el que Wainwright es experto. La segunda, la instrumentación orquestal, aunque en el caso de Garneau se centra fundamentalmente en cuerdas (piano, violín y violonchelo). Rufus por su parte ha tirado algo más por el barroquismo (ahí están algunos temas del ‘Want One’ y ‘Want Two’ para demostrarlo) y no por el menos es más, precisamente. En lo que sí se parecen es en la presencia de piano, que es magistral y en las referencias al mundo marica en sus letras, que nos imaginamos que es lo que ha llevado a la mitad de los críticos a olvidarse completamente de que este chico es más parecido a Damien Rice o a Elvis Perkins que a Rufus Wainwright.
En cuanto a ‘Music for tourists’, no hay nada que objetar. Es un disco correcto, quizá algo facilón en cuanto a composición (más por lo repetitivo de sus textos que por otra cosa) pero con algunas letras que son francamente maravillosas y capaces de ponerte los pelos de punta. Ideal para escuchar en pleno otoño, ahora que anochece tan pronto, e ideal para escuchar sin dejar que los prejuicios de algunas críticas te hagan pensar que es un mal disco, porque no lo es en absoluto. Lo que pasa es que, en los tiempos en los que vivimos, donde todo va tan rápido, hay veces que cuesta dedicarle a un disco el tiempo que se merece. ‘Music for tourists’ no es inmediato, pero cuando le coges el punto, es delicioso.



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