Durante el mes de enero de 1963, The Rolling Stones ofrecieron 18 conciertos en distintos clubs de Londres y alrededores. Durante este tiempo, Bill Wyman se había vuelto a incorporar a la formación de la banda en directo, aunque no de forma permanente, y el 11 de enero el batería Tony Chapman participó por última vez en una actuación de los cantos rodantes. Un día más tarde, el 12 de enero de 1963, Charlie Watts ocupó por primera vez su puesto de batería en un concierto en el club Ealing, en el que también participó Bill Wyman. Ya estaba conformada así la alineación definitiva de los Stones durante casi una década, hasta la muerte prematura de Brian Jones, incluido el teclista Ian Stewart, que sería más tarde apartado como miembro oficial de la banda y por causas publicitarias por el mánager Andrew Loog Oldham, aunque continuaría vinculado al grupo hasta su muerte en 1985 como sexto Rolling Stone.
Así veía Keith Richards la incorporación de Charlie Watts a la batería: “La escena del R&B empezaba a florecer y allí estaba Charlie en una misma actuación con nosotros en un club. Había dos bandas, y Charlie tocaba con el otro grupo. Había dejado a Alexis Korner y estaba con los mismos tipos a los que Brian había mandado a tomar por culo seis meses antes. Nosotros hicimos nuestra actuación y Charlie quedó impresionado. Nos dijo, sois grandes, tíos, pero necesitáis un buen batería. Así que le dijimos: Charlie, podemos permitirnos tenerte en nuestro grupo, si tú quieres. Porque él tenía un trabajo y sólo quería tocar los fines de semana. Así que aceptó y dejó la otra banda para tocar con nosotros”.
Así lo recuerda también Mick Jagger: “Nosotros pensábamos que Charlie estaba a la última moda, por sus chaquetas y camisas. Además, trabajaba en una agencia de publicidad, por lo que era muy diferente a nosotros. Era bueno para la banda tener a alguien decidido y con las ideas muy claras. Tuvimos que convencerle de que lo que nosotros tocábamos no era rock’n’roll”. Por su parte, ésta era la opinión de Charlie Watts: “Yo practicaba en casa todo el tiempo con discos de jazz. El único rock’n’roll que había escuchado fue después de que los chicos de los Rolling Stones me hicieran prestarle atención. Me gustaron Jimmy Reed y Bo Diddley, y a partir de ahí continué con Roy Orbison, y poco a poco comencé a apreciar lo buenos que eran los primeros discos de Elvis Presley. Cuando me uní a los Rolling Stones, solía sentarme y Keith y Brian me ponían los discos de Jimmy Reed. Ponían esos discos a todas horas y tocábamos muchas de esas canciones en nuestros conciertos. Así que me las aprendí por ellos. Si me preguntas por el blues rural o por el blues de Chicago, la verdad es que no lo conocía, no tenía ni idea. Sin Chuck Berry no creo que la música fuera como es hoy. Así de bueno es, pero yo se lo debo a Keith. Él me enseñó a apreciarlo”.
En cuanto a Ian Stewart, ésta era su visión del asunto: “Con la incorporación de Charlie la atmósfera dentro de la banda cambió. En los primeros tiempos yo pensaba que Keith era una persona difícil de conocer. Yo observaba a Keith con otra gente, y me parecía que siempre se comportaba de una forma reservada, se contenía un poco. Pero él y Charlie eran como un jodido dúo cómico. Compartían el mismo sentido del humor”. Mick Jagger también lo veía del siguiente modo: “Tuvimos la ventaja de que Keith y yo enseguida nos llevamos muy bien con Charlie. El hecho de que tres de nosotros nos cayéramos tan bien fue muy importante”. Por último, el propio Charlie Watts pone el colofón a este periodo de la banda: “Mientras Mick estaba en la escuela, Keith y Brian siempre estaban tocando. Yo vivía con ellos en esta casa en la que no teníamos que pagar alquiler, y no había mucho que hacer, sólo pasar el tiempo. Pero tenía suerte, porque al menos tenía un lugar a donde ir. Dos veces a la semana volvía a mi casa. Pero fueron días fantásticos. Brian y Keith se sentaban y pasaban todo el día tocando canciones de Jimmy Reed. Yo lo supe después”.
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