miércoles, 27 de abril de 2011

Los Mejores Discos de la Historia del Rock

PIXIES: "DOOLITTLE"
(4AD, 1989)


El segundo álbum de Pixies, publicado en el año 1989 por el sello 4AD, con el respaldo en la distribución y promoción de la multinacional Elektra, fue producido por el británico Gil Norton en los estudios Downtown Recorders, de Boston, ciudad de origen de la banda, y Carriage House, en Stamford, Connecticut.


La banda formada por Black Francis, Kim Deal, Joey Santiago y David Lovering, entró a grabar “Doolittle” después de que su anterior álbum, “Surfer Rosa”, recibiera grandes elogios de la crítica, pero esto no se correspondiera con el éxito comercial, y después también de una gira por Europa junto a otro grupo de Boston, Throwing Muses, entonces igualmente en pleno auge.
Durante estas grabaciones comenzaron a aflorar las tensiones entre Francis y Kim Deal, que dificultaron el desarrollo de las sesiones en el estudio y contribuyeron a aumentar el nivel de estrés y presión sobre el grupo. John Murphy, marido por entonces de Kim, declaró que la actividad de la banda había pasado de la diversión al trabajo puro y duro.
La consiguiente gira después de la publicación del álbum llevó a los miembros de Pixies a tomarse un descanso, y a su regreso en 1990, Black Francis comenzó a limitar la contribución de Kim Deal a la banda, especialmente en el apartado de composición de los temas, ya que no volvió a incluirse ningún tema compuesto ni cantado por la bajista del grupo en los siguientes dos elepés, “Bossanova” y “Trompe Le Monde”. Este enfrentamiento conduciría finalmente a la disolución de Pixies a principios de 1993.


Musicalmente, “Doolittle” contiene una ecléctica mezcla de estilos musicales. Mientras que cortes como “Tame” y “Crackity Jones” son rápidos y agresivos, e incorporan la dinámica de contrastes entre pasajes ruidosos y chillones con otros tranquilos, que es la marca de fábrica de la banda, otras canciones como “Silver”, compuesta a medias por Kim Deal, “I Bleed” y “Here Comes Your Man”, revelan un temperamento más melódico y relajado. Además, Pixies comenzaron a añadir otros instrumentos a su sonido, principalmente de cuerda, como violines y cellos.
En cuanto a las letras, obra de Black Francis, éstas abordan todo tipo de asuntos escabrosos, bíblicos, surrealistas, catastróficos, angustiosos, míticos, escatológicos e incluso manifiestamente absurdos, pero siempre conservando una elevada cota de excentricidad, como corresponde a una de las bandas más singulares y brillantes del rock independiente de los 80 y 90.

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