Vamos a continuar con el tercer episodio de la carrera discográfica del grupo británico Caravan, y nos situamos en el año 1971, con la publicación de su tercer álbum, titulado “In the land of grey and pink” y considerado por muchos su mejor obra. Un disco de largo recorrido que alcanzó el oro nueve años después de su lanzamiento y que aún hoy en día permanece en catálogo.Fue publicado originalmente por el sello Deram, subsidiaria de rock progresivo de Decca, y situó a la banda como principal exponente junto a Soft Machine de lo que se denominaría sonido Canterbury, una fusión de estilos en la que tenían cabida el rock, el jazz y en el fondo de todo ello una sensibilidad genuinamente británica.
Sin embargo, en el momento de su publicación, “In the land of grey and pink” no supuso la ansiada ascensión de la banda a un nivel superior de éxito comercial, lo que provocó el desánimo entre los miembros de Caravan y finalmente la salida del teclista Dave Sinclair en agosto de 1971, uniéndose poco después a Robert Wyatt para formar el grupo Matching Mole. El abandono de Dave Sinclair suponía para Caravan un periodo de pausa y de reajuste, puesto que el órgano de éste era uno de los pilares del sonido del grupo. Finalmente sería sustituído por Steve Milller para su siguiente álbum.
El cuarto álbum de Caravan se tituló “Waterloo Lily” y contiene numerosos momentos sobresalientes, como el picaresco tema que le daba título, una composición del bajista Richard Sinclair.
No obstante, a pesar de los momentos brillantes que se podían encontrar en él, a este disco le faltaba la cohesión del anterior. El recién incorporado Steve Miller y Richard Sinclair empujaban al grupo a un terreno más jazzístico, en contra de las preferencias de los hermanos Hastings y de Richard Coughlan.
La salida de Dave Sinclair había dejado al grupo bastante desunido y sin una orientación clara sobre cuál era el próximo paso a seguir. Los días en que todos los miembros de Caravan pasaban muchas horas juntos experimentando con su música habían sido dejados atrás, y en esa época de principios de los 70 muchos músicos estaban tomando direcciones arriesgadas introduciendo nuevas técnicas, ritmos y harmonías de cada vez mayor complejidad. Eran los tiempos del rock sinfónico y progresivo, y de la fusión de rock y jazz. Por su parte, Richard Sinclair y Steve Miller se introdujeron en la escena jazzística de Londres, por lo que trataron de incluir estas influencias en la música de Caravan, ganando terreno para la experimentación y la improvisación y haciendo su música menos previsible y familiar. Su enfrentamiento con el resto de los componentes del grupo, que no compartían esta dirección, les llevaría finalmente a abandonar y formar su propia banda, Hatfield & the North.
La salida de Dave Sinclair había dejado al grupo bastante desunido y sin una orientación clara sobre cuál era el próximo paso a seguir. Los días en que todos los miembros de Caravan pasaban muchas horas juntos experimentando con su música habían sido dejados atrás, y en esa época de principios de los 70 muchos músicos estaban tomando direcciones arriesgadas introduciendo nuevas técnicas, ritmos y harmonías de cada vez mayor complejidad. Eran los tiempos del rock sinfónico y progresivo, y de la fusión de rock y jazz. Por su parte, Richard Sinclair y Steve Miller se introdujeron en la escena jazzística de Londres, por lo que trataron de incluir estas influencias en la música de Caravan, ganando terreno para la experimentación y la improvisación y haciendo su música menos previsible y familiar. Su enfrentamiento con el resto de los componentes del grupo, que no compartían esta dirección, les llevaría finalmente a abandonar y formar su propia banda, Hatfield & the North.
El abandono de Richard Sinclair y Steve Miller en el verano de 1972 pareció dotar de un nuevo empuje al resto de los miembros de Caravan que permanecieron en el barco, pero además supuso el regreso de Dave Sinclair y la incorporación de John Perry al bajo y sobretodo Geoff Richardson, que aprovisionó al grupo de sangre fresca, incorporando guitarra, viola y violín a su sonido.
El resultado fue el álbum de 1973 “For girls who grow plump in the night”, el último verdadero gran disco de Caravan, que además sirvió para aumentar su número de seguidores y dotar a su directo de una mayor contundencia.
El resultado fue el álbum de 1973 “For girls who grow plump in the night”, el último verdadero gran disco de Caravan, que además sirvió para aumentar su número de seguidores y dotar a su directo de una mayor contundencia.
Caravan continuarían grabando otros álbumes durante la década de los 70, antes de la aparición del punk, que borraría de un plumazo la escena del rock progresivo, e incluso después, durante los 80. Pero es ya otra historia, como sus reapariciones en 1995 con el álbum “The battle of Hastings” y en 2003 con “The Unauthorized breakfast item”.
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